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¿Qué es el working capital y por qué es clave en la salud financiera de una empresa?
3 jul 2025

¿Qué es el working capital y por qué es clave en la salud financiera de una empresa?

El working capital, o capital de trabajo, es uno de esos conceptos que a veces suena más complicado de lo que realmente es. Pero créenos, entenderlo bien puede marcar la diferencia entre que tu negocio respire tranquilo o viva asfixiado constantemente. ¿Por qué? Porque está directamente relacionado con la liquidez, la capacidad de operar con normalidad y, en definitiva, con la salud financiera real del día a día. Y eso, cuando se trata de comprar o vender una empresa, es absolutamente determinante.

Definición sencilla de working capital

Vale, vamos al grano: el working capital es la diferencia entre los activos corrientes y los pasivos corrientes de una empresa. Dicho de forma más sencilla, es lo que te queda una vez pagas todas tus deudas a corto plazo con el dinero que tienes disponible también a corto plazo.

Si lo piensas, es casi como mirar tu cuenta del banco justo después de pagar todas las facturas del mes: ¿te queda algo para seguir adelante con tus planes? Pues eso.

¿Para qué sirve el capital circulante en una empresa?

Sirve para algo tan básico como que la empresa pueda operar. Con ese dinero se pagan salarios, se reponen inventarios, se afrontan pagos de proveedores y se sobrevive si, por ejemplo, un cliente importante se retrasa en pagar.

Un capital circulante sano permite respirar con tranquilidad. Uno bajo o negativo, genera tensión, estrés financiero... y decisiones precipitadas. Así que, si estás valorando comprar un negocio, este dato debería estar bien presente en tu análisis.

Cómo se calcula el working capital paso a paso

Fórmula del capital de trabajo

La fórmula básica es:

Working Capital = Activo corriente - Pasivo corriente

Y cuando hablamos de “corriente”, nos referimos a aquello que entra o sale en menos de 12 meses. Cosas como el efectivo, las cuentas por cobrar, el inventario… frente a las deudas a corto plazo, préstamos o pagos pendientes.

Ejemplo práctico con números reales

Imagina una empresa que tiene:

  • 150.000 € en cuentas por cobrar

  • 50.000 € en inventario

  • 30.000 € en efectivo

  • Y deudas a corto plazo por 120.000 €

Entonces:

Working Capital = (150.000 + 50.000 + 30.000) - 120.000 = 110.000 €

Eso quiere decir que tiene 110.000 € disponibles para operar. No está nada mal, ¿no?

Diferencia entre capital de trabajo positivo y negativo

Qué significa tener un working capital negativo

Tener un capital de trabajo negativo significa que no puedes cubrir tus obligaciones de corto plazo con tus activos más líquidos. En otras palabras: te falta liquidez. Esto puede llevar a impagos, tensiones con proveedores o incluso tener que endeudarse más para salir del paso. Y claro, eso genera un efecto bola de nieve.

Situaciones en las que conviene tenerlo bajo control

A veces, un working capital bajo no es necesariamente malo. Por ejemplo, en negocios con rotación muy alta (como algunos e-commerce o franquicias de alimentación), tener poco capital circulante puede ser señal de eficiencia. Pero en la mayoría de los casos, sobre todo si el margen de beneficio es ajustado, lo ideal es que haya un colchón operativo.

Factores que influyen en la variación del capital circulante

Hay muchos elementos que pueden hacer subir o bajar tu capital de trabajo. Te dejamos algunos de los más importantes:

  • Retrasos en el cobro de facturas

  • Aumento del inventario inmovilizado

  • Nuevos préstamos o pagos urgentes

  • Cambios en la política de pago a proveedores

  • Crecimiento acelerado (sí, crecer demasiado rápido también puede generar tensiones)

En definitiva, cualquier desequilibrio entre lo que entra y lo que sale en el corto plazo, afecta directamente al capital circulante.

Working capital vs cash flow: ¿es lo mismo?

Buena pregunta, porque muchas veces se confunden.

El working capital es una fotografía estática, un punto concreto en el tiempo. Mientras que el cash flow (flujo de caja) es una película continua, lo que entra y sale de dinero durante un periodo determinado.

Puedes tener un buen working capital y un cash flow desastroso… y viceversa. Por eso, nunca te fíes de un solo dato financiero: hay que mirarlo todo en conjunto.

Cómo optimizar la gestión del capital circulante

Buenas prácticas para mejorar la liquidez operativa

Te damos algunas ideas que solemos recomendar:

  • Negocia mejores plazos con proveedores, sin romper la relación.

  • Reduce inventario inmovilizado, aunque sea tentador acumular.

  • Cobra antes, si puedes. Suena obvio, pero muchas veces no se insiste lo suficiente en el seguimiento de cobros.

  • Automatiza procesos para ahorrar tiempo y recursos.

  • Usa líneas de crédito solo como apoyo puntual, no como costumbre.

Indicadores financieros clave para su seguimiento

Además del working capital como tal, puedes monitorizar:

  • Ratio de liquidez corriente = Activo corriente / Pasivo corriente

  • Ciclo de conversión de efectivo = Días que tardas desde que pagas hasta que cobras

Estos datos te ayudan a entender si estás gestionando bien los recursos circulantes o si hay algo que ajustar.

Errores comunes al analizar el working capital

  • Pensar que más siempre es mejor (a veces, un exceso de capital inmovilizado puede ser ineficiente).

  • No tener en cuenta la estacionalidad del negocio.

  • Usar fórmulas sin adaptar al sector.

  • Confundir capital circulante con rentabilidad (¡nada que ver!).

  • Ignorar que detrás de los números hay personas, procesos y decisiones operativas reales.

Y si estás comprando una empresa, mucho ojo con aceptar a ciegas lo que diga el vendedor. Siempre revisa balances, analiza el detalle de las cuentas por cobrar y asegúrate de que el inventario refleje el valor real de lo que hay, no lo que figura en papel.

Conclusión: la importancia de mantener un capital de trabajo equilibrado

Podríamos resumirlo así: el working capital no es solo un número bonito en una hoja de cálculo. Es una señal de cómo respira la empresa, de si puede seguir andando o si se va a quedar sin gasolina a mitad de camino.

Si estás valorando vender tu empresa o comprar una que ya esté funcionando, analiza este indicador con lupa. Y si necesitas ayuda en ese proceso, en Business in Spain estamos para acompañarte. Llevamos años asesorando operaciones de compraventa de negocios y sabemos que, muchas veces, el éxito no está en los grandes números… sino en los detalles que otros pasan por alto.

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