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Cláusula MAC: qué es, para qué sirve y cómo afecta a los contratos empresariales
3 jul 2025

Cláusula MAC: qué es, para qué sirve y cómo afecta a los contratos empresariales

En el mundo empresarial, cada palabra en un contrato cuenta. Y si hablamos de operaciones de compraventa de empresas, fusiones o inversiones, una cláusula MAC puede marcar la diferencia entre cerrar un trato o echarlo por tierra. ¿Te suena el término pero no sabes exactamente qué implica? Tranquilo, vamos a explicártelo sin rodeos y con ejemplos claros.

Este tipo de cláusula se ha hecho cada vez más popular en contextos de incertidumbre económica, pero también ha generado polémicas, disputas legales y más de un dolor de cabeza para inversores y vendedores. Por eso, si estás pensando en firmar un contrato importante, entender la cláusula MAC es casi obligatorio.

¿Qué significa la cláusula MAC y en qué contextos se aplica?

MAC son las siglas de Material Adverse Change, es decir, cambio material adverso. Se trata de una cláusula que permite a una de las partes (normalmente el comprador) rescindir o renegociar un contrato si, entre la firma y el cierre, ocurre un evento que afecte gravemente al valor o viabilidad del negocio adquirido.

Lo típico es que aparezca en contratos de:

  • Compraventa de empresas

  • Acuerdos de inversión

  • Operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A)

¿Y por qué se incluye? Porque entre que se firma un contrato y se cierra la operación puede pasar de todo. Una crisis financiera, una sanción inesperada, un cambio de regulación o incluso una catástrofe natural que afecte al negocio. Nadie quiere quedarse atrapado en un acuerdo que ya no tiene sentido.

Origen y evolución de esta cláusula en el ámbito mercantil

La cláusula MAC tiene su origen en el derecho anglosajón, especialmente en las operaciones de M&A estadounidenses. Allí es casi un estándar, aunque con redacciones cada vez más complejas y específicas.

Con el tiempo, se ha ido incorporando también en el ámbito mercantil europeo y español, aunque con una recepción más cautelosa por parte de nuestros tribunales. Aquí, la libertad de pactos es clave, pero el principio de seguridad jurídica suele pesar bastante más que en el derecho anglosajón. Es decir, no se acepta cualquier excusa para romper un contrato.

¿En qué se diferencia de otras cláusulas contractuales similares?

Buena pregunta. A veces se confunde la cláusula MAC con:

  • Condiciones suspensivas: Son condiciones que deben cumplirse para que el contrato surta efecto. Si no se cumplen, no hay contrato.

  • Cláusulas resolutorias: Permiten resolver un contrato si se incumple lo pactado.

  • Fuerza mayor: Se refiere a eventos imprevisibles e inevitables que impiden cumplir con el contrato.

La diferencia clave es que la cláusula MAC se activa por un cambio adverso significativo, aunque no haya incumplimiento, ni necesariamente fuerza mayor. Es un paraguas preventivo.

Situaciones reales en las que se activa una cláusula de cambio adverso material

Aquí es donde la cosa se pone interesante. Porque, en la práctica, determinar si realmente ha habido un "cambio material adverso" no siempre es fácil. Pero vamos a ver algunos casos típicos.

Ejemplos comunes: crisis económicas, cambios regulatorios, desastres inesperados

  • Una pandemia global (como el COVID-19) que paraliza sectores enteros.

  • Un cambio legislativo urgente que afecta al negocio (por ejemplo, restricciones a productos o licencias).

  • Una sanción millonaria inesperada por parte de la CNMV o la Agencia Tributaria.

  • La pérdida de un contrato clave que supone el 40% de los ingresos de la empresa.

  • Una catástrofe natural que destruye instalaciones esenciales del negocio.

En estos casos, el comprador podría decir: "Oye, esto ya no es lo que compramos. Queremos renegociar… o cancelar".

¿Quién decide si se ha producido un “cambio material adverso”?

Aquí está el meollo del asunto. En muchos contratos, no se define con claridad qué se considera “material”. Y eso es un campo de minas. Si no se deja bien atado, puede acabar en los tribunales.

A veces se pactan indicadores objetivos (por ejemplo, una caída del EBITDA del 30% o más). Otras veces se deja a interpretación… y entonces la inseguridad jurídica entra por la puerta.

Ventajas y riesgos de incluir una cláusula MAC en un contrato

Como todo en la vida, tiene sus luces y sus sombras. Vamos con ambas.

Protección para compradores e inversores

  • Permite cubrirse ante riesgos imprevistos.

  • Da margen de maniobra en contextos de inestabilidad económica.

  • Fuerza una due diligence más rigurosa y negociaciones más equilibradas.

Inseguridad jurídica y disputas legales

  • Si no está bien redactada, puede convertirse en una bomba de relojería legal.

  • Puede generar desconfianza entre las partes.

  • A veces se usa como excusa para escapar de un contrato que ya no interesa por razones estratégicas.

Cómo redactar una cláusula de este tipo de forma eficaz

Este apartado es fundamental. Porque de nada sirve tener una cláusula MAC si está escrita de forma ambigua o vaga.

Elementos clave a incluir para evitar ambigüedades

  • Definiciones claras de qué se considera un "cambio material".

  • Indicadores medibles: caídas de ingresos, pérdidas, sanciones, rescisión de contratos clave, etc.

  • Plazo de aplicación: entre firma y cierre.

  • Obligación de notificar el evento dentro de un tiempo razonable.

Errores frecuentes que conviene evitar

  • Usar términos demasiado amplios como “circunstancias adversas”.

  • No establecer límites cuantitativos.

  • No definir qué parte tiene la carga de la prueba.

  • No prever un mecanismo de resolución (negociación, arbitraje, etc.).

Jurisprudencia y casos relevantes en España y otros países

En España, la jurisprudencia es todavía limitada, pero creciente. Los tribunales suelen interpretar estas cláusulas de forma restrictiva, es decir, no permiten usarlas a la ligera para romper un acuerdo. Tiene que haber una afectación real, grave y objetiva del negocio.

En países como Estados Unidos o Reino Unido, hay más recorrido, y casos como el de Akorn vs. Fresenius (2018) sentaron precedentes. Allí se permitió por primera vez a un comprador romper un contrato por una MAC demostrable.

Recomendaciones legales antes de firmar acuerdos con esta cláusula

Si estás en medio de una operación importante, te dejamos unas recomendaciones rápidas (pero potentes):

  • Lee bien la redacción de la cláusula. Si no entiendes algo, pregunta.

  • Pide ayuda legal experta. No improvises con un modelo genérico.

  • Si eres el vendedor, intenta limitar el alcance de la cláusula.

  • Si eres el comprador, asegúrate de que haya criterios objetivos para activarla.

Y sobre todo, no firmes nada sin tener la tranquilidad de que sabes a qué te estás comprometiendo.

Por cierto, si estás explorando oportunidades de compra o venta de negocios en España y necesitas asesoramiento profesional, te recomendamos que le eches un vistazo a Business in Spain, donde encontrarás ayuda real para tomar decisiones empresariales con cabeza.

¿Ves como no era tan complicado? La cláusula MAC puede parecer un galimatías legal, pero en el fondo se trata de proteger los intereses de las partes cuando las cosas se tuercen. Si la incluyes con cabeza, puede ser tu mejor aliada. Si no, bueno… ya sabes lo que dicen: lo barato sale caro.

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